martes, 31 de diciembre de 2013

REVIEW - Killzone Shadow Fall




SAFEZONE

Todos tenemos esa zona en la que nos sentimos seguros y cómodos, los videojuegos también. Normalmente son un conjunto de características que los definen y sientan las bases de lo que los jugadores van a acabar amando de una saga en concreto. Afianzarse en la zona segura es lo que estira el éxito de una franquicia o acaba por estancarla, pero alejarse demasiado siempre traerá alabanzas y críticas, porque es imposible evolucionar sin romperse al menos un poco por el camino. Es lo que tienen los cambios, que son arriesgados y no siempre salen bien.

Con esta última entrega, Killzone pone un pie fuera de su Safezone y la caga, pero sólo en parte.


Next Gen, baby!

Con este juego estrené mi flamante PS4. Y aunque estas líneas podrían hacer que parezca que me arrepiento, no es así. Lo cierto es que me declaro fan de los shooters y de Killzone, pero tengo que ser honesto con vosotros y conmigo mismo: Killzone Shadow Fall brilla en tantos aspectos como en los que apesta. Lo más evidente es lo primero, y en lo que la mayoría de nosotros se fijará cuando lo juegue por primera vez.

A nivel gráfico, contentará tanto a los adictos a la altísima definición como a los haters del popping y demás defectings. Tal vez el salto no acabe de impactar tanto como la anterior transición generacional, pero nadie puede negar que este Killzone luce de maravilla y te obliga a expresar asombro en repetidas ocasiones. Algunas texturas no se emborronan por más que te acerques, la fluidez es constante, la luz parece real (uy, esto ya se decía en PS3), y la vegetación ya no parece papiroflexia barata sino papiroflexia bien hecha, y a veces incluso vegetación. Pero bueno, en realidad nadie quiere una PS4 para mirar hojas de cerca ni para comprobar cuánto se alarga la sombra de nuestro personaje según el ángulo de la luz. Todos queremos flipar por algo más que los gráficos, y por mucho que la superficie deslumbre, lo que importa es el interior. Se podría decir que Shadow Fall es un caramelo parcialmente insípido, pero con un envoltorio precioso.


Una Campaña para olvidar

El modo individual parte de todas la premisas correctas, y en realidad tras el primer par de niveles la cosa promete mucho. Incluso el búho, ese acompañante robótico que apoya al prota, ha resultado ser un gran acierto. No es la ayuda anti-idiotas que yo imaginaba, sino que el jugador tiene mucho control sobre él y le da una sorprendente profundidad a los tiroteos. Pero todo se ve empañado por una estructura irregular y torpe, que en lugar de fluir como cabría esperar, resulta en un conjunto de situaciones de variable intensidad unidas por unas interrupciones en las que no se cuenta nada interesante.

La acción resulta tan divertida como en cualquier otro Killzone. Pero sólo cuando no se scripta en exceso, y esto ocurre con una frecuencia desesperante. Ejemplo: si alguna vez has pasado algún control de seguridad en un aeropuerto, probablemente te habrás preguntado cuándo a alguien se le ocurriría adaptar al videojuego esa situación tan emocionante. Sí amigos, en Shadow Fall hay una escena en la que haces cola durante un par de minutos, y luego tendrás que caminar un rato. No hace falta que inclines el stick para intentar correr, porque Guerrilla Games imaginó que querrías divertirte un poco y se apresuró a inhabilitar la opción de esprintar en algunas partes. Vale, tal vez no necesite correr ni agacharme en ese momento pero, ¿por qué impedirlo? ¿O por qué no simplemente convertirlo en una cinemática si de todos modos no tengo ningún control sobre la situación? Pero el mayor problema no son sus paredes invisibles ni sus raíles camuflados, sino que el juego me trató como a un tonto en demasiadas ocasiones, y eso es algo que nunca perdono. Se nota el esfuerzo de este Killzone en buscar maneras de desmarcarse del resto de entregas, pero intentar parecerse a Call Of Duty nunca debería ser la respuesta.


Profundizando en una historia que a nadie le interesa

Sacudir los cimientos argumentales de una obra puede ser un recurso válido, normalmente empleado con el fin de sorprender. Pero sólo es efectivo si se hace bien, honrando la historia con una narrativa que muestre nuevos enfoques sin contradecir o invalidar los originales, algo en lo que Shadow Fall fracasa estrepitosamente. El argumento te obliga a replantearte cosas que en el fondo nunca te importaron. Pero aun en el caso de que la historia de Killzone te resulte mínimamente atractiva, cabe la posibilidad de que este episodio acabe por arruinar también eso. Como siempre, dependerá de la interpretación de cada uno, pero a mi modo de ver, les ha salido el tiro por la culata.

Está bien que se esmere en contar su historia, el problema es que ésta nunca fue gran cosa. Acertarían más admitiéndolo, para concentrarse en la parte de pegatiros, donde Killzone sí funciona realmente bien. Sugerencia para Guerrilla, desarrollad un Killzone 4 en el que el protagonista sea mudo, y el Helghast líder sólo diga esto al principio: “Soy muy malo y seguiré siéndolo hasta que alguien acabe conmigo”. A mí me tendríais contento, porque ahí ya tenéis un guión que supera al de Shadow Fall, cuyo mayor mérito, por cierto, es un momento bastante WTF que te encantará u odiarás.


Un Multijugador marca de la casa

Una vez te recuperes de la mueca de pasmado que se te quedará tras jugar la Campaña individual, es hora de dar caña Online. Al entrar al multi lo primero que encontrarás es un interfaz caótico, pero al descifrar sus menús verás que estos esconden un multijugador guapísimo, sin demasiadas sorpresas. Si disfrutaste de anteriores Killzone, seguramente también lo harás con éste. Sus mapas están diseñados con cuidado, de manera que estimulan tus facultades de estratega y minimizan el riesgo de “¡mierda otra vez me han disparado desde atrás!”. El resto (modos, clases, armas) contiene una variedad y calidad suficientes como para entretenerte durante bastante tiempo y para dar lugar a unos piques online estimulantes. ¿El inconveniente? Que, en mi opinión, el multijugador de Battlefield 4 es superior, haciendo que ni siquiera en este aspecto Killzone Shadow Fall sea el vendeconsolas que algunos habríamos querido.


Lo sé, lo he machacado mucho, y detesto sumarme a las masas que lo están ninguneando. Es algo que algunos quizás no os esperabais, sobre todo si leísteis cómo alabé la versión de Vita (el mejor Killzone de todos, para mi gusto). Pero aun así, me reafirmo en que es una buena manera de estrenar PS4 para todos aquellos que pertenecemos al club de ansiosos que no queríamos esperar a un catálogo mayor y mejor. Y si además eres un yonki de los shooters como yo, con más razón todavía. Es sólo que su Campaña es una que difícilmente querré repetir, y cuando me apetece batirme a plomo con el resto del mundo, suelo preferir el campo de batalla de DICE.


VIRTUDES: Su multijugador es tan bueno como se podría esperar de un Killzone. Y como shooter individual propone situaciones variadas e intensas que dispararán tu adrenalina, e incorpora novedades interesantes como el búho…

DEFECTOS: …hasta que intenta centrarse demasiado en su floja historia, impone su ritmo con situaciones demasiado enlatadas, interrumpe su propio juego más de la cuenta, y nos trata de imbéciles.


VEREDICTO: 2 / 5  >>> Juego Mediocre <<< 


Es una lástima que el Killzone más vistoso sea el más aburrido. Pero con todo y eso contiene algunos de esos momentos que hacen que merezca la pena jugarlo, y cuenta con el privilegio de ser, a día de hoy, el mejor representante del potencial gráfico de PS4. No es la gran exclusividad que este maquinón merecía para su estreno, pero sí nos deja intuir la grandeza que nos espera. La propia Sony ya nos avisó con su slogan.


- Esli


Nexo Gamer