martes, 28 de noviembre de 2017

Bungie perdió la luz y los Guardianes se quedaron a oscuras...

¿Qué le pasa a Destiny 2?
La caída de los Guardianes

Hace tres años, en este mismo blog, escribí sobre Destiny. En aquella ocasión lo hice de forma agresiva, crítica y muy exigente. Comenté los problemas de la conexión obligatoria, los defectos de su campaña de promoción y, sobre todo, el mal endémico que fue su política de expansiones y pase de temporada. Un año después de aquella entrada, compré el juego, aprovechando una apetecible rebaja de Black Friday.
Hace dos años escribí mi análisis sobre Destiny. En aquella review (la última que publiqué como “profesional”, por cierto) me dediqué a contar las virtudes de aquella experiencia. Y el uso de la palabra “experiencia” no es una casualidad, es que Destiny únicamente se puede comprender si te dejas seducir por su viaje. Es imposible, o hartamente difícil, explicarle a una persona que nunca ha tocado Destiny QUÉ es Destiny. Yo, en vez de escribirlo, puedo mostrarlo en vídeo.



Lo que acabáis de ver es uno de los cientos de montajes que mis amigos (familia, prácticamente) y yo hicimos durante esos dos años en Destiny. Dos años en los que evolucionamos en detalles como el trabajo en equipo, la comprensión de situaciones difíciles, el humor (aunque con reservas, que conste, que el humor era malísimo) y, sobre todo, el espíritu de superación. Destiny era un videojuego que tenía alma, que respiraba un ambiente de epicidad por los cuatro costados. Ningún modo de juego superará la experiencia de Las Pruebas de Osiris, con su toque de competitivo y ese sabor a Champions League que tenía. Pero toda experiencia tiene un final, y en nuestro caso llegó con el anuncio de la secuela. ¿Qué podría salir mal, ¿no? Misma compañía desarrolladora, experiencia previa en el sector de juegos Online y nosotros mismos, como comunidad, decidimos dar el salto juntos hacia esa secuela.

Hace casi tres meses que salió Destiny 2. Por la Torre apenas se ven Guardianes. Por Las Pruebas apenas se ven retos y jugadores. ¿Qué le pasa a Destiny 2?





La Experiencia Previa Olvidada

El primer problema que tiene Destiny 2 es que parece que el “2” de su nombre no existe. Es como si, aun habiendo mantenido a Bungie como desarrolladora, el mayor peso del desarrollo se hubiese encargado a una empresa que nunca tocó Destiny 1. Este punto es conflictivo, porque si preguntas a los jugadores, probablemente te dirán que, en muchos puntos, Destiny 2 supera con creces a la primera entrega. Sin embargo, por el camino, se han olvidado de darle vida a su creación.
Es como si el Doctor Frankenstein se hubiese preocupado por mejorar mucho a su criatura. Un lavado de cara, una complexión adecuada, que camine bien, sin tropezar, que pueda hablar fluidamente…y sin embargo se olvidó de lo más importante: darle alma. Destiny 2 tiene el mismo problema, Bungie se ha preocupado tanto en pulir sus fallos jugables (balanceo de clases, de armas, de granadas) que por el camino se olvidó de volver a poner aquello que les hizo verdaderamente grandes, el alma del juego, el elemento por el cual la Comunidad de jugadores aguantó y esperó pacientemente.
No nos engañemos, Destiny 2 es un buen juego, sí, pero sin contenido. Por alguna razón que desconocemos, Bungie creyó que, con 5 asaltos, una Raid y Las Pruebas de los 9 la Comunidad aguantaría 6-7 meses. Sin embargo, el principal problema de Destiny 2 es que todas esas actividades…no tienen recompensas apetecibles.

Porque, seamos claros, Destiny vive completamente del loteo. Si tuviésemos que buscar una razón por la que muchos invertimos 400 horas en la primera entrega, seguramente diríamos que la mitad se nos fueron buscando un arma determinada que se conseguía haciendo una actividad determinada. Ese matiz ha desaparecido en la secuela, porque la inmensa mayoría de armas se consiguen entregando los dichosos “Tokens” de turno. Esto se traduce en que hay una desgana generalizada para hacer los Asaltos y los Ocasos, puesto que no hay una recompensa que te motive a repetir el ciclo cada semana con el reinicio. A todo esto, tenemos que sumarle el problema de Las Pruebas de los 9. ¿Qué problema? Pues que están muy bien, pero…no son Osiris

¿Por qué quitaron Las Pruebas de Osiris?

Esta pregunta nos la hacemos todos los compradores de Destiny 2 cada semana. ¿Por qué quitar el modo de juego que te mantuvo el juego vivo durante los últimos 9 meses? Seguramente, y espero no equivocarme, lo que Bungie ha intentado es guardar Osiris para los próximos meses del juego, y así introducirlo a mitad de Año 1 para devolverle vida y Hype al juego. El problema es que, a este paso, Destiny 2 no va a sobrevivir ni a sus primeros 5 meses de vida.

Las Pruebas de los 9 no están mal, os lo prometo, no dejan de ser una especie Pruebas de Osiris, pero con dos modos de juego distintos a eliminación. El problema no viene tanto por la parte de diseño de Las Pruebas, sino por el sistema de Matchmaking y el loteo, una vez más.
Una de las cosas que hizo grandes a Las Pruebas de Osiris fue que uno se sentía dentro de un torneo internacional de Destiny. Al tener que ganar 7 partidas seguidas para llegar al Faro, la presión era constante y, lo más importante, PROGRESIVA. Cada victoria que conseguías eliminaba a posibles rivales, y cuanto más avanzado tenías el Pase, más difíciles eran los rivales. Lo más habitual era que llegados a la última partida los dos equipos se estuviesen jugando la gloria. Solo podía ganar uno, solo triunfaba uno, y el otro…pa Arrecife, compañero.

En Las Pruebas de los 9 se pierde esa sensación. La idea de un Matchmaking que no tenga en cuenta el Pase solo consigue una cosa: que las partidas pierdan en tensión. Quizás la primera partida sea contra un equipazo que está en su última partida, y probablemente tu última partida sea contra unos pobres desgraciados que llevan una racha de 7 derrotas. ¿Así cómo pretenden conseguir una verdadera sensación de PRUEBAS? El propio significado de las Pruebas se supone que era reclutar a los mejores Guardianes, pero con este sistema es imposible tener algo de emoción.

Pero esto no es demasiado grave comparado con el segundo problema: el sistema de recompensas. La premisa de todo torneo es recompensar bien el esfuerzo, y así era en Destiny 1, sin embargo, en Los 9 falla por los cuatro costados. Falla la zona social, que debería haber sido únicamente accesible para los ganadores, falla, de nuevo, el sistema de Tokens (repetitivo e inútil a las dos semanas) y falla, sobre todo, las supuestas mejores recompensas por ganar 7 partidas seguidas. Un arma, a elegir por ti, lo que significa que en tres semanas o tres pases has conseguido todo. Y claro, tengamos en cuenta que han eliminado el sistema de Perks aleatorias, por lo que todas las armas y todas las armaduras son idénticas entre sí. Esto solo se traduce en una cosa, y es que pasado el primer mes de juego ya no tendrá sentido querer jugar por las recompensas. ¿Por qué jugarías entonces? ¿Para demostrar que eres el mejor? Bueno, sería lo suyo si el sistema de progreso de Las Pruebas de los 9 no fuese al azar, y realmente ganases a los mejores conforme vas avanzando. Con el sistema actual solo demuestras que juegas y ganas, punto, pero 18 Espiras no son lo mismo que 18 Faros. Ni en broma, amigos.


El futuro se nos antoja complicado

Todas estas cosas las supimos y las comprendimos en cuanto pasó el primer mes de juego. Pero la Comunidad Destinera somos gente positiva, paciente, y teníamos la esperanza de que Bungie tuviese un as bajo la manga y que con el primer DLC del próximo 5 de diciembre volviesen a retomar la senda de los buenos Guardianes. Sin embargo…nuestro gozo en un pozo, por desgracia.
El 5 de diciembre, pese a que la expansión se llame La Maldición de Osiris, no volverán Las Pruebas de Osiris. Esto quiere decir que estaremos mínimo otros dos meses teniendo que tirar que Los 9, y os aseguro que la inmensa mayoría de jugadores ya se han cansado de esas Pruebas. Por si fuese poco, tampoco saldrá una nueva Raid, por lo que el lado PVE se queda sin novedades sustanciales, únicamente habrá un nuevo asalto (solo uno, sí) y por regla de tres, un nuevo Ocaso. Además, y esto es lo único que justifica el DLC, habrá una nueva historia de campaña, que tiene muy buena pinta. El problema es que seguramente durará unas 4-5 horas y ya está, por lo que no es contenido para mantener vivo el juego hasta la próxima expansión. Y este anuncio es lo que está matando definitivamente a Destiny 2. Los fans se están yendo, youtubers que antaño defendían a capa y espada al juego ahora están poniendo el grito en el cielo, otros están destapando polémicas como el limitador de experiencia para incitarte a usar los Micropagos… Destiny ahora mismo está al borde del precipicio, y no parece que esta expansión tenga el contenido suficiente para darle la vuelta a esta complicada situación. Hay algún que otro signo de esperanza, como que hayan anunciado un Update que reconfigure el sistema de loteo de armas, pero por desgracia esto llega tarde, puesto que todos tenemos la mayoría de armas guardadas en el baúl. Además, ¿quién quiere armas teniendo la todopoderosa Mida?

¿Qué podría salvar esta crisis?

Bungie está en esta situación porque ellos han querido, que conste. El tema era tan sencillo como aplicar lo aprendido en Destiny 1, introducir mejoras jugables e ir suministrando contenido poco a poco. Sin embargo, ellos solo han metido las mejores, han olvidado lo aprendido y el contenido brilla por su ausencia. A corto plazo, lo único que puede salvar ahora mismo Destiny es son Las Pruebas de Osiris. No les cuesta nada desarrollarlas (tienen la base en Las Pruebas de los 9), la gente las está pidiendo y con ellas ganarías dos meses más de tiempo. Pero Osiris es eso, una solución a tiempo parcial, porque la crisis de Destiny 2 es más profunda que un solo modo de juego.
Destiny 2 necesita un plan de actualizaciones progresivas que le cambie la cara completamente. Necesita, para empezar, un regreso de las Perks aleatorias para multiplicar la sensación de existencia de armas en el juego. Necesita un balanceo importante en las armas, sobre todo para incitar al uso de otros exploradores que no sea la MIDA, y esto podría ocurrir si se deciden a retomar la importancia de los cañones de mano. Necesita crear 9-10 armas nuevas y distribuirlas por las distintas actividades del juego, para obligarte y motivarte a hacer Asaltos, Ocasos, Patrullas y la Raid en Experto. Y, sobre todo, hay una cosa que salvaría Destiny 2: el regreso de los francotiradores.
Muchísimos usuarios de Destiny 1 disfrutábamos jugando con francotirador, esa sensación de duelo desde la distancia, ese placer al conseguir un headshot, al evitar una reanimación…eso se ha perdido. No conozco un shooter en el que los francotiradores estén tan menospreciados como Destiny 2, en serio, y este detalle, que a priori parece una tontería, es esencial para traer de vuelta a aquellos jugadores que sentían dioses en Destiny 1. No hablo de traer de vuelta las escopetas y los fusiones, porque estos matan prácticamente solos, pero no entiendo por qué un francotirador no puede ser un arma secundaria cuando para matar de un solo disparo debes de ser bastante bueno. Sin embargo, para matar con MIDA basta con tener otro compañero campeando contigo con esa misma arma y, ale, adiós enemigo. No tiene ningún sentido, de verdad, y el regreso de los francotiradores revitalizaría el juego bastante.


En fin, Guardianes…hace tres años critiqué Destiny. Hace dos años compré Destiny. Hace un año amaba a Destiny. Espero, de corazón, poder escribir dentro de unos meses que la mejor experiencia Online de mi vida ha regresado, aunque el futuro es bastante negro….


Israel Santiago